Contemplar a Shakira en mitad del estadio sudafricano metiendo en el cuerpo de los espectadores el ritmo de «Waka waka», resultó un estupendo agüero para lo que se avecinaba para la Selección Española. Es misma noche, la del 11 de julio de 2011, por todos los rincones de España, y de forma extenuante, se podía escuchar esa canción como himno oficioso del país campeón.
Pocos pueden igualar su don de la oportunidad: también estuvo presente con sus canciones en la toma de posesión de Obama Y aquí, al igual que el pulpo profeta, ella ha quedado ya irremediablemente ligada a la historia de millones de exultantes aficionados y no tan aficionados, al fútbol. Una circunstancia que no hace sino apuntalar una carrera que la ha convertido en icono mundial de la música latina, con cerca de cincuenta millones de discos vendidos. Para conseguirlo, ha sabido combinar con sabiduría los distintos géneros más populares del momento. Porque sus andanzas comenzaron con el pelo moreno y por los caminos del rock. Poco a poco fue introduciendo ritmos caribeños o de su propio país, como la cumbia, sin descuidar al público estadounidese con el dance pop. Eso sí, sorprendió a muchos de sus seguidores con su anterior álbum, «Loba» (2009), en el que llevaba aún más lejos la carga sensual de su imagen. «¿Es ella?», se preguntaba más de uno viéndola retorcerse entre los barrotes de una jaula.
De todos modos, nunca perdió cierta inclinación por las guitarras, algo que ha puesto de manifiesto en alguno de los temas de su nuevo disco, «Sale el sol», y que ahora nos presenta. Un álbum que no deja de ser una nueva muestra de los distintos estilos por los que se mueve la cantante nacida en Barranquilla, incluso con una incursión por el reggaeton junto a Residente, uno de los miembros de Calle 13, en la canción «Gordita». Todo ello le sirve para ofrecer muestras de ese baile de sesgo orientalizante (su padre es de orígenes libaneses) y que ella domina de forma espectacular con sus movimientos de cadera y ombligo. Y que sin duda es una de sus bazas a la hora de presentarse en directo y dejar extasiadas a las masas.
¿Una artista indie?
Más de uno se frotaba los ojos cuando lo vio en el cartel: Shakira invitada a la edición de 2011 del festival de Glastonbury. Es una señal de las simpatías que despierta la artista colombiana por todo el mundo, incluidos, por lo visto, los indies. Para terminar de ganárselos, interpretó sobre el escenario una versión de un tema de The XX, «Islands», incluida en su nuevo disco. Aunque no faltan quienes ven todo esto como un sacrilegio...
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