La historia de amor que están escribiendo Shakira y Gerard Piqué tiene un nuevo capítulo desde el miércoles. ¿Un embarazo? ¿Una boda? No, pero es casi tan importante, ya que afianza la relación que comenzó de tapadillo hace dos años. La waka-pareja lo ha firmado de su puño y letra: se han comprado una casa en Esplugues de Llobregat, municipio anexo a Barcelona, que compartirán dentro de unos meses. A cinco kilómetros del Camp Nou y de la ciudad deportiva del Barça. ¿Quién dudaba de la profesionalidad del jugador?
Por si alguien creía en el supuesto lío de Piqué con Bar Refaeli, este paso desmonta todos los bulos que han circulado durante los últimos días. La cantante, de hecho, apenas desconfió de su chico, ya que en plena tormenta de rumores firmó las arras de la nueva casa. Era la culminación de meses de búsqueda, una vez tuvieron claro que querían comprar una vivienda.
A Shakira le gusta la vida en el tríplex del futbolista en la calle de Muntaner, cerca del exquisito paseo de la Bonanova, donde no faltan la piscina ni el olivo, pero a la colombiana le falta una cosa: terreno. De hecho, a su llegada a Cataluña alquiló una casa cerca de Sabadell, propiedad del nadador David Meca. Pero el amor les hizo tan inseparables que la cantante acabó instalándose en el piso del futbolista.
No les resultó fácil encontrar lo que querían, porque buscaban muchos metros cuadrados cerca de Barcelona. Con la nueva casa --con piscina y con olivo incluidos--, no sufrirá ese problema de espacio porque tiene más de 700 metros cuadrados construidos sobre una parcela de algo más de 1.000. ¿Pocos? Por si acaso, la pareja ha comprado la finca contigua, de similar superficie; en ella hay una piscina y una casa que parece deshabitada desde hace tiempo. Esa segunda compra fue uno de los factores decisivos para que se decantaran por la casa. El montante de la operación (casa más parcela) se acerca a los cuatro millones, una ganga en comparación con los tiempos de vacas gordas.
Entre las muchas mansiones que habían visitado había una en Tiana (también cerca de Barcelona), pero estaba demasiado expuesta a las miradas indiscretas al hallarse en la parte baja de un pequeño valle. Porque ese era el otro problema del piso de Muntaner: la continua presencia de paparazis en la puerta de casa. En la nueva, un vigilante privado que ronda continuamente por las calles de la urbanización dificultará la labor de los reporteros gráficos. Además, la mansión es literalmente inexpugnable para las cámaras, ya que está unos metros por encima de la acera y es imposible obtener una vista desde ningún ángulo, y eso que el jardín rodea toda la casa. "Satisfará a los amantes de la intimidad", rezaba la publicidad de la inmobiliaria de lujo que comercializaba el chalet. No le faltaba razón al eslogan.
AMIGOS Hay otro factor que les acabó de decidir a favor de la nueva casa. La suya es una historia de amor, pero también de amistad, porque animó a la pareja que uno de los amigos de Piqué viviera en la zona, Ciutat Diagonal, una urbanización tranquila y no muy ostentosa. De hecho, el jugador grabó allí un vídeo hace unas semanas en el que se le podía ver jugueteando con un balón con sus colegas. ¿Aprovechó ese día para enseñarles la casa por la que había pagado las arras con su novia?
Hay muchas razones por las que han comprado esta casa. Las vistas, por ejemplo, que son espectaculares. De las que quitan el hipo, de las que dejan mudo. La postal panorámica se puede disfrutar desde la piscina, el salón y las habitaciones de la nueva casa de la pareja.
Fuente: elperiodicomediterraneo
viernes, 1 de junio de 2012
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