"...Pero mi loco amor, es tu mejor doctor..."

jueves, 3 de marzo de 2011

Salta, Salta, Salta, pequeña Shakira, de regreso a la Argentina (Diario Clarín)

Shakira es dulce, “peluda” y suave. Pero está muy lejos de ser aquel borriquito de Platero y yo . Es la artista latina más exitosa del mundo y eso si queremos acotarla a “artista latina”, porque -desde hace unos cuantos años- es una verdadera artista internacional, de ésas que se conocen en todo el planeta. Datos objetivos lo aclaran todo: su agencia de managers la comparte con los Rolling Stones y U2 y sus canciones fueron las oficiales en dos mundiales de fútbol seguidos, 2006 y 2010 (la única en conseguirlo).
Con estos antecedentes llegó por primera vez Shakira a Salta, para iniciar su gira latinoamericana, presentación de su disco Sale el sol y dentro del marco del Personal Pop Festival, que se continúa hoy en Córdoba y el sábado con un megashow en Puerto Madero (ver Información ).
Las entradas iban desde los 80 pesos a los 1.000 (el campo vip, donde podían degustarse sándwiches de miga, pata de cordero, agua, gaseosas, fernet con coca y Gancia con limón), y se agotaron todas. Las cifras oficiales dicen que en el estadio Padre Martearena hubo 25.000 personas. Y las mismas fuentes cuentan que en la provincia no suelen organizarse shows para más de 6.000. Shakira llegó con tiempo, el concierto fue el martes 1° de marzo, pero ella ya estuvo sobre el escenario el domingo 27 de febrero. Ese día, hizo un ensayo de frente a sus músicos, mirándolos y marcando todos los detalles. Al día siguiente, ya fue ensayo general: con la líder cantando todos los temas. “Ella dice que está devota -cuenta alguien que la conoce bien-, absolutamente dedicada a la música”. El lunes pasó el gobernador de la provincia, Juan Manuel Urtubey, y le regaló un poncho salteño, que la diva aceptó con sonrisa para la foto. Es que todo en el mundo Shakira es así. El día del show pasan por camarines Sergio Goycochea y su mujer y el ex Puma Gonzalo Longo y señora, también para la foto. Ella está guardada. Nada de conferencias de prensa ni notas individuales. Prefiere hablar desde el escenario.
Mientras fuera del estadio se venden panchos, choripanes, empanadas, pechitos de cerdo y merchandising trucho de la artista (que los ejecutivos extranjeros de Shakira miran entre enojados y sorprendidos), da comienzo el festival. Son las 19 y sube uno de los créditos locales: Los Huayra. Un sexteto que sigue los cánones salteños del folclore melódico de Los Nocheros, pero que suena muy bien y cuyas canciones son conocidas y coreadas por todo el público. Se le animan a una versión propia de Yo vengo a ofrecer mi corazón y salen notablemente vencedores.
Pasa más de una hora y Calle 13 no aparece. Cuando lo hace, a pesar de que son muy aplaudidos y el estadio es un hervidero, Residente (el cantante) parece entrar con el pie izquierdo. Se queja del sonido (“Voy a salir y voy a dejar a la banda sonando sola, a ver si cuando vuelvo está mejor”), pero afuera se escucha realmente bien. Claramente, él no tiene una buena noche, pero la banda es contundente y hace bailar al estadio. Cuando se despiden, “Gracias, Argentina”, las luces se prenden y no hay lugar para bises.
Ahora sí, sólo queda esperar el plato principal. La platea se entretiene haciendo la ola y denostando a los del campo vip. Un paneo general muestra gran cantidad de chicas (son mayoría), pero también hay bastantes hombres y muchas familias, que han hecho el esfuerzo de llevar a sus hijas pequeñas para que puedan ver a su ídola, tal vez por única vez. Se percibe una comunión en el estadio. Son las cosas que logra esta colombiana que para muchos es más que una cantante (“una filántropa -dirá alguien de su entorno-; no hay país que vayamos que su presidente no quiera verla”).
Y así, vestida de rosa, mística, como una virgen, Shakira aparece por un pasillo mezclándose con la gente. La besan, le besan las manos; ella también los acaricia y los besa. ¿Esto es un show de pop rock? Poco importa rotular. Comienza a cantar, como una plegaria, mientras de a poco se acerca al escenario. Cuando llega, vuela el manto rosa y es una loba de top dorado y pantalones ajustados negros la que canta Pienso en ti . Hora de baile. Shakira saluda a Salta, la ovacionan. Se viene una seguidilla de éxitos, prácticamente enganchados: Años luz , Te dejo Madrid , Si te vas , Suerte (la única que reconoce haberle escrito a su ex novio y actual apoderado Antonio de la Rúa).
El clima es ahora el de una fiesta pagana. La banda de Shakira (un octeto con tres guitarras, bajo, teclado, batería, percusión y coro, más allá de que luego aparezcan acordeones y violines) es ajustadísima y la puesta en escena es de un altísimo nivel. Entre tanta algarabía, Shakira decide bajar el tono. Pide su guitarra acústica roja y cuenta sobre una canción que escribió una noche como ésta.
Inevitable , uno de sus primeros y más reconocidos hits (ésa de que no se baña los domingos). La gente delira.
De repente, gran parte de la banda se va adelante de la pasarela y todo se convierte en un tablao flamenco. Entre guitarras españolas y cajones peruanos transcurre Gitana , con un sensualísimo baile (sólo escribimos baile para no escribir coito bailado ) entre Shakira y su percusionista. Ella queda tendida en el suelo del escenario. Y la banda sigue tocando.
La catarata de hits no se detiene: La tortura , con la parte vocal que en el disco canta Alejandro Sanz a cargo del tecladista de las larguisímas rastas.
Ciega sordomuda coreada y bailada por todo el estadio . Underneath Your Clothes nos pone otra vez en estado de emoción. Y con Gordita nos llega una sorpresa: no aparece Residente para cantar su parte, entonces entre el tecladista y una grabación se ocupan de su parte. ¿Se enojó Shakira con el boricua? Desde su entorno dicen que fue un error de producción y que ella y el Calle 13 son súper amigos y está todo bien. Dios dirá.
Se acerca el final: se suceden Sale el sol , Las de la intuición y, con el bajo rebotando en la panza de todos, Loca , Loba y Ojos así . Todos agotados, Shakira impecable se va del escenario.
“Otra, otra, otra”. Vuelve la banda y arranca con el lento Antes de las seis . Suben temperatura con Las caderas no mienten . Y antes del gran final, un video con los chicos que Shakira amadrina en Africa. Y ahora sí, Waka Waka , todos a bailar lo poco que queda. Dos horas de show y vuelan papelitos.

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♬ Shakira argentina ♬